Gilles Villeneuve
Gilles Villeneuve, ídolo de Ferrari, nació en Quebec, territorio canadiense, en 1952. Desde chico corría en trineos de nieve a motor, siendo campeón mundial de la especialidad a los 19 años. En 1973, deja los trineos para empezar a correr con autos, específicamente en la Fórmula Ford, pasando luego a la Fórmula Atlantic estadounidense. En 1976, se consagró también campeón de la Atlantic, ganando 9 de las 10 carreras del campeonato; de igual manera, en 1977, lograría el título de la categoría pero en versión canadiense.
Gilles montando en su trineo.
Gilles en la Fórmula Ford
En este mismo año, entraría con brillo y polémica en la Fórmula 1 piloteando un McLaren. Durante las prácticas del GP de Inglaterra, empezó a hacer trompos en cada curva del circuito, según él, para probar al auto. Para ese entonces las relaciones entre Niki Lauda y el Commendatore Enzo Ferrari se vinieron abajo, haciendo que el austríaco fuera prácticamente echado del equipo. En la búsqueda del reemplazante, Enzo vio en Gilles a una joya en bruto, contratando sus servicios para manejar uno de sus autos. Desde ahí, Villeneuve nunca dejaría la marca del Cavallino Rampante.
Gilles en Mclaren.
El inicio no fue bueno. Gilles corrió las dos últimas carreras; la primera terminó en el puesto 12, y en la segunda, protagonizó el primero de su increible racha de terribles accidentes. En el Monte Fuji (Japón), Villeneuve trató de superar a Ronnie Peterson en la recta principal. Pero en el intento, una de sus ruedas delanteras tocó contra una de las traseras del Tyrrell de Peterson, saliendo el Ferrari catapultado fuera de la pista, hacia el público. Los dos espectadores muertos y 10 heridos se pudieron evitar si es que éstos hubieran hecho caso del aviso de ser aquella una zona prohibida para el público. Increíblemente Gilles salió ileso.
1978 fue su año más polémico. En su afán de obtener resultados en forma rápida, en casi toda la temporada se dedicó más que nada a destruir coches, siendo partícipe en diversos accidentes y despistes, cada uno más grave que el anterior. La terquedad de Enzo en mantener firme su confianza en el piloto canadiense hizo madurar a éste rápidamente, logrando su primer gran logro al llevarse la victoria en la última carrera, justamente en Canadá, de punta a punta. Para bien o para mal, su nueva condición de piloto inmortal lo convirtió en el hombre espectáculo de la Fórmula 1, y en el nuevo ídolo de los tifosi.
Gilles Ferrari 1978
Su mejor temporada fue en 1979, en la que fue subcampeón detrás de su compañero de equipo Jody Scheckter. Se podría decir que perdió el campeonato más por la lealtad de ser el piloto #2 del equipo que por errores propios, a pesar de que había demostrado ser más rápido que Scheckter, cuando ganó las dos primeras carreras del año y al protagonizar un memorable duelo con René Arnoux en Francia. Carrera para recordar también el GP de Holanda, cuando tras un reventón de rueda, tuvo que llevar su Ferrari casi de costado con la suspensión trasera izquierda inutilizada. Villeneuve llegó a pits para esperar el milagro de volver a la pista, pero fue en vano. El título (de pilotos) de Scheckter fue el último que lograría Ferrari hasta el 2000, cuando campeonara Michael Schumacher.
Gilles Villeneuve vs René Arnoux
En cambio, 1980 fue un año para olvidar. El Ferrari 312T5 debió haber sido uno de los peores contruidos por la Scudería. En casi todas las carreras los autos rojos se clasificaban en los últimos lugares de la partida, y para colmo de males Jody Scheckter ni siquiera pudo clasificar para el GP de Canadá. El campeón del año anterior anunciaría su retiro de la Fórmula 1. Lo reemplazaría Didier Pironi, que tiempo después se convertiría en el enemigo de Gilles.
1981 fue escenario de los dos más grandes triunfos de Gilles Villeneuve. Primero, en el GP de Mónaco en la que enterró la idea de que los motores turbo no podían ganar en este tipo de circuitos, cuando supo dominar la potencia de su motor ante el angosto margen de error que ofrece el circuito monagués. El segundo, en España, se puede considerar también como heroica: tras una gran partida se colocó de sétimo a tercero; luego superó por fuera a Carlos Reutemman y después tomó la punta gracias a un error de Alan Jones. Tuvo que resistir a Laffite, Watson, Reutemann y De Angelis durante 67 vueltas, hasta lograr la victoria.
Victoria en Jarama
Tras más accidentes, y una participación dramática en Canadá cuando corrió media carrera casi sin alerón en lluvia, fue catapultado como el favorito del público para 1982. El nuevo Ferrari 126C2 lo ponía como favorito al título, pero apareció en escena su co-equiper Didier Pironi. En el GP de San Marino, cuando el equipo le exigió cuidar las espaldas de Gilles, lo pasó en la última vuelta y se llevó la victoria. Desde ese momento Pironi se convirtió en su enemigo, y el trato de Villeneuve para con Ferrari se enfrió.
Canada 1982
Su carrera en la Fórmula 1 fue espectacular. Gran partidor, muy vehemente y siempre corriendo al filo de la navaja, así se podría resumir su estilo de manejo. Ése estilo le valió la admiración del público hacia alguien que no le tenía miedo a nada, que jugaba con la muerte a cada momento al parecer sin importarle mucho. Siempre fue protagonista de terribles accidentes, del que siempre salía bien parado. Todos menos en uno. . . . . .
Era el Gran Premio de Bélgica, un 8 de mayo de 1982 en el circuito de Zolder. Pironi estaba colocado en mejor posición que él durante las clasificaciones y eso no lo podía permitir. Gilles salió furiosamente a recuperar su condición de piloto #1 del equipo. En su vuelta rápida, se produjo una fatal descoordinación entre él y Jochen Mass, quien estaba en su vuelta de desaceleración. Villeneuve y Mass eligieron el mismo lugar de la pista para pasar; luego, la rueda delantera izquierda del Ferrari chocó con la trasera derecha del March; el auto de Gilles perdió el control y la escena siguiente fue estremecedora: el Ferrari salió disparado por los aires chocando contra el muro a más de 200 km/h. El cinturón de seguridad de Gilles no resistió la tremenda fuerza de desaceleración y terminó a varios metros de su auto, que estaba destruido. Murió en el acto. Mucho se dice que su acelerador se quedó "pegado" al auto y que esto impidió al canadiense reaccionar a tiempo.
Accidente fatal de Gilles RIP
Aunque sólo ganó 6 carreras y aparte de 1979 y 1981 no obtuvo temporadas destacables, su estilo de manejo hizo de él un mito. Su mejor legado se llama Jacques, el sí logró el ansiado campeonato en 1997, tal vez culminando la labor que su padre dejó a medias.
Tributos a Gilles Villeneuve: