Resulta ser que en 1714 el parlamento inglés ofreció una recompensa de 20.000 libras esterlinas (una enorme cantidad de dinero para la época) a quien pudiera dar solución al problema de calcular las longitudes en alta mar con un error máximo de medio grado.
Le costó aproximadamente 40 años de trabajo a un mecánico inglés llamado John Harrison crear un cronómetro sumamente perfecto para aquellos tiempos y así ganar el premio, dicho cronómetro se instaló en un barco que en 1761 partía rumbo a Jamaica. Cuando regresó a Inglaterra, después de 147 días, el reloj sólo había variado 1 minuto y 54 segundos !!... Sin embargo, la fabricación de un cronómetro resultaba muy difícil.
El cronómetro (el último) más compacto y preciso de Harrison.
Sin embargo, la perfección de los cronómetros estuvo a cargo de dos franceses : Le Roy y Berthond. Entre 1767 y 1772 varias naves francesas fueron equipadas con cronómetros logrando muy buenos resultados, y en 1772, el cronómetro de Mr. Harrison hizo posible el segundo viaje de James Cook.
Con los años se fabricarían cronómetros cada vez más precisos hasta llegar a la barrera de diferencias apenas inferiores al segundo, y ya hacia finales del siglo XIX existían cronómetros mecánicos que daban mediciones en fracciones de 1/20 de segundo.
Cronómetro del Siglo XIX.
En 1904 se utilizan en las Olimpíadas en Saint Louis mediciones cronometradas en casi una décima de segundo, algo que por ejemplo, sirvió para desclasificar a un atleta que había hecho una parte del trayecto de la maratón en auto antes de bajarse cerca del estadio . Lo curioso de esto es que en la pruebas (denominadas) “antropomórficas”, reservadas para personas de raza "afro" y aborigen norteamericano (excluidos de la competición oficial), se les llegó a cronometrar tiempos inferiores a los logrados “oficialmente”, aunque para cubrir esta “vergüenza”, los organizadores indicaron que hubo algún error en el cronometraje manual.
Antiguo cronómetro manual.
Modelo posterior.
Aparece muy poco tiempo después el (por aquí conocido como) “Foto Chart” en las carreras de caballos, un sistema que trabajaba con un rayo de luz que al ser interrumpido accionaba eléctricamente el tiempo y entregaba las diferencias en centésimas y luego se adoptó el sistema de cronometraje eléctrico, y me parece que en algunas carreras se utilizó, conectado a dos cronómetros (alternativos a los mecánicos) en las habituales "tablillas de cronómetros manuales" (en total eran cuatro).
Luego aparecieron los sistemas que medían hasta las milésimas de segundo sobre relojes tradicionales, aunque yo no se a ciencia cierta cual era su origen ni en cuales carreras de autos se había utilizabo dicho sistema.
Tradicional con medición hasta milésimas de segundo.
A esta altura vale aclarar que los mecanísmos a través de sistemas mecánicos tradiconales nunca son exactos en comparación con los análogos electrónicos, porque ninguno de sus órganos son totalmente insensibles a la temperatura, la humedad o el magnetismo.
Primer cronómetro electrónico análogo portátil de Heuer.
Recién antes de mediados de los ’70 llega a los G.P`s. un sistema capaz de medir diferencias en milésimas de segundo con total y certera precisión a través de sistemas (esta vez) electrónicos, fue el equipo “Heuer Centigraph”, denominado “Le Mans”, operado por personal de Heuer.
Este último fue el ancestro directo de los sistemas actuales de toma de tiempos en la categoría .
Fuente : imágenes de Heuer / Zero Racing .