por goro » 21 Noviembre 2013, 21:01
extracto.
El primer paso hacia una nueva Fórmula 1 se dio en 2009 a través de un radical cambio reglamentario. La FIA pretendía limitar la dependencia aerodinámica de los monoplazas con miras a potenciar el espectáculo sobre la pista, sumando a ello un guiño a las nuevas tecnologías sostenibles a través del novedoso KERS, un sistema de recuperación de energía que proporcionaría potencia adicional a los motores en breves espacios de tiempo.
A la simplificación aerodinámica, que obligó a los equipos a empezar de cero en el diseño, se unió la complejidad de hacer funcionar correctamente el KERS y, especialmente, de optimizar su integración en el monoplaza, pues a la falta de espacio, se unía su peso adicional y complejidad de manipulación. Todo ello redundó en un aumento espectacular de los costes (sólo el desarrollo del KERS le costó a Honda 50 millones de euros y varios equipos debieron viajar a Estados Unidos para trabajar en túneles de viento que permitieran simular a escala real) y un posterior cambio de jerarquía en la F1, potenciada por el predominio de los creadores sobre los ingenieros que, durante años, se habían limitado a pulir monoplazas cimentados sobre la estabilidad reglamentaria.
Los Brawn, Newey, Derney, Head y compañía supieron sacar partido de su talento a la hora de guiar a los departamentos técnicos en una mejor comprensión e interpretación del nuevo reglamento. La guinda del pastel fue el doble difusor, un concepto utilizado en los 80 que algunos equipos utilizaron tras detectar un agujero en el reglamento de 2009.
La clave: el doble difusor
Este elemento proporcionaba carga aerodinámica adicional al monoplaza, sin por ello aumentar los niveles de 'drag', por lo que suponía un claro avance a todos los niveles. Ben Wood, un joven ingeniero aerodinámico que había trabajado en varios equipos de la parrilla con anterioridad, llegó a Honda tras la retirada de Super Aguri (equipo apoyado por la marca nipona). Había trabajado en la idea en Super Aguri y Brawn se mostró encantado de desarrollarla para Honda.
En marzo de 2008, Ross Brawn asistió a una reunión del Grupo Técnico de Trabajo (TWG por sus siglas en inglés) en la que se pretendía delimitar el reglamento definitivo para 2009. Durante el transcurso de la misma, Brawn advirtió sobre la necesidad de concretar el reglamento en lo referente a la zona del difusor y el fondo del monoplaza, ya que podía dar lugar a interpretaciones libres que proporcionaran una considerable ventaja a quienes así lo hicieran.
Por desgracia para sí mismos, su petición no fue atendida y Brawn decidió desarrollar su propia interpretación y, posteriormente, realizar una consulta a Charlie Whiting (delegado técnico FIA) acerca de la legalidad del diseño. Whiting dio luz verde a Brawn (así como a los diseños de Williams y Toyota, no a los del resto) y el trabajo ya iniciado hace meses con el nuevo monoplaza terminó de definirse alrededor del doble difusor. Posteriormente, muchos de sus colegas argumentarían que dicha interpretación, si bien no contravenía la redacción del reglamento, sí chocaba frontalmente contra el espíritu de la norma. La FIA, tras varios meses de polémica, decidió finalmente declararlo legal y el resto de equipos iniciaron una desesperada carrera para implementarlo en sus monoplazas, algo especialmente complicado en el caso del Red Bull de Adrian Newey, que al utilizar suspensiones tipo pull-rod contaba con menor espacio para explotar dicho concepto.
Pero, si bien el BGP001 contaba con el doble difusor como protagonista principal de la historia, en ella se encontraban múltiples actores secundarios que eran tan o más importantes a la hora de entender el éxito del singular proyecto iniciado por Ross Brawn. Todos ellos necesarios para entender el desenlace de una trama digna de ser recordada.
llevabas razón en parte, el concepto venía de allí