Mattiacci anuncia la revolución en Ferrari: "Allison es mi brazo derecho"
Habrá cambios en todas las áreas, usarán el túnel de Fiorano y mucho más
El jefe del equipo Ferrari, Marco Mattiacci, ha proclamado un profundo proceso de transformación en la Scuderia que, en su opinión, hoy sufre las elecciones equivocadas tomadas en los últimos años. James Allison será su mayor apoyo en este proceso, en el que usarán el remozado túnel de viento de Fiorano pero con el apoyo de proveedores externos y nuevos actores dentro del equipo. Los pilotos son casi los únicos que no toca en su discurso, de sorprendente frescura.
Por Cristóbal Rosaleny (@crosaleny) | Silverstone
4 Jul 2014
Y a los dos meses, habló. Marco Mattiacci ha querido hacer público su plan para reestructurar Ferrari sin complejos ni limitaciones. Después de tantos rumores en el paddock, el jefe de la Scuderia ha decidido anunciar que habrá cambios, muchos y en todas las áreas del equipo: "Creo en la discontinuidad, en todas las áreas. Pero no quiero dar nombres", ha dicho cuando los periodistas italianos, los únicos que han podido comparecer a esta rueda de prensa informal, le han mentado la suerte del jefe de motores Luca Marmorini, que por resultados se haya en la cuerda floja.
Ross Brawn y su posible retorno a Maranello también han saltado a la palestra, pero Mattiacci ha insistido en que, además de personas, hay que "cambiar también la mentalidad, tomar más riesgos, ir más allá de la cultura del compromiso, evitar la de los 'silos', de los compartimentos estancos". De hecho, el jefe del cavallino sí ha dejado claro que, en lo que se refiere a la técnica, James Allison es su hombre de confianza, el que tiene la última palabra: "Él es mi brazo derecho. Ha habido muchos nombres ilustres, pero también hay gente nueva, una nueva generación", ha dicho, quizá para zanjar el insistente rumor sobre Brawn.
DECISIONES VIEJAS, CONSECUENCIAS NUEVAS
Mattiacci ha sido claro y directo para explicar los problemas que hoy afectan al equipo: "La actual situación de Ferrari es fruto de elecciones estratégicas hechas en los años pasados". Rompe definitivamente, por tanto, con la filosofía de un equipo que llegó a tener 3.000 trabajadores en su plantilla y probaba en Fiorano hasta las modificaciones en la puesta a punto que hacían de viernes a sábado en paralelo al Gran Premio de turno. Ahora es tiempo de pensar en las simulaciones por ordenador y en el túnel de viento, que sólo será uno para el coche de 2015, "y será ciertamente el de Fiorano", ha dicho para descartar soluciones mixtas como las que utilizaron el año pasado.
También destinará muchos más recursos a la unidad de potencia, auténtico núcleo de la nueva Fórmula 1: "Con unidades de potencia así de complejas, hay que adecuar la organización al nuevo desafío. Hay que rediseñar la estructura". El problema está identificado, según Mattiacci: "¿Si he comprendido cuál es el punto más débil de nuestro motor? Claro que sí, si no ¿que estaba haciendo?", ha espetado. "Si Williams hoy es así de fuerte, es predominante el factor de la motorización. Y no creo que Red Bull esté en crisis…", ha añadido a continuación.
La revolución que el nuevo jefe trae a Maranello va… mucho más allá de Maranello. En un mundo globalizado, Mattiacci cree que cada empresa, esté donde esté, debería poder hacer lo que mejor sabe hacer: "¿Por qué hoy hay que hacerlo todo en casa? En este mundo de multinacionales y comunicación rápida, hay que usar el poder de los cerebros en distintas empresas. ¿El modelo de antes era eficaz? Diría que no…", ha dicho con una valentía que contrasta con aquella rueda de prensa cuasi burlesca que Luca di Montezemolo improvisó en Barcelona hace un mes y medio.
La misma contundencia ha mostrado cuando se le ha preguntado por los plazos para esta metamorfosis ferrarista: "Dadme tiempo para trabajar. No quiero dar fechas de caducidad. Tenemos que mirar a lo que ha hecho Mercedes respecto al año pasado, a hace dos años. Ellos han gestionado bien recursos y tiempos, tenían una gran cultura del motor híbrido. Pero nosotros partimos de una base más fuerte que los otros. Cierto, tenemos que fortalecer la estructura", ha insistido.
Lo que no contempla tocar son los pilotos, ni Alonso ni Räikkönen: "Los pilotos son centrales para el modelo. Kimi es un gran campeón, no tiene sentido hablar de un problema individual, es un problema de amalgama, de todo el equipo. Volverá a ser un grande", ha recalcado.
La empresa de Mattiacci se antoja larga, dura y jalonada de problemas. Pero es algo que no parece suficiente para detener a alguien que, llegado desde un mundo ajeno a la Fórmula 1, se atreve a describir sus primeros pasos en la Scuderia como "días fantásticos, para uno como yo que viene de la periferia romana".
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