Fernando Alonso, el humillador de compañeros de equipo
Dicen los que saben de esto que medir la calidad de los pilotos es una cosa tremendamente complicada en la fórmula 1 de hoy en día, que los coches influyen demasiado (razón no les falta) y que las manos valen menos de lo que debería en un deporte cada vez menos dependiente del piloto. Una de las formas objetivas de saber la calidad de un piloto en relación a otro, salvo ocasiones especiales, es mirar al garaje de al lado y ver a qué distancia está su compañero de equipo, el primer rival. En condiciones iguales y en la misma estructura sólo la calidad puede dar las décimas que se hacen falta para pasar de piloto de fórmula 1 a leyenda.
Y eso es lo que diferencia a Fernando Alonso de la mayoría de los pilotos, su capacidad para sacar siempre el máximo y conseguir esas décimas extra que a veces no se sabe de dónde salen.
A lo largo de los años, han pasado ya 13 desde su debut, Alonso se ha batido con un gran número de compañeros de equipo que han visto sus inicios, sus conquistas mundiales, sus penas y sus actuaciones mágicas. Si una cosa tienen en común todos esos compañeros es que todos se han visto superados por Alonso con una superioridad apabullante (salvo Hamilton que fue el único en plantar cara, aunque en una situación un tanto controvertida).
La llegada a la F1, Minardi y sus primeras remontadas
Sin cumplir 20 años Alonso aterrizaba en la F1 pilotando un Minardi y saliendo 19º en su carrera de debut, en Australia, acabando 11º y por delante de su compañero Tarso Marqués brasileño de Curitiba, al que batió en prácticamente todas las clasificaciones si bien el brasileño acumuló dos novenos puestos para quedar finalmente por delante del asturiano en el mundial. Pero fueron las bases de las remontadas talentosas y casi kamikazes de un asturiano que había dejado la semilla del talento plantada en los circuitos del circo del motor.
Renault, años 2003-2004 VS Jarno Trulli. La confirmación.
Tras un año frustrante en la estocada como probador de Renault, ‘el nano’ dio el salto a una escudería con potencial pero sin grandes actuaciones como Renault donde encontró un compañero con el que entabló una de sus mejores relaciones en el paddock: Jarno Trulli. Italiano y de sangre caliente siempre hizo buenas migas con Alonso si bien en la pista no compartieron amistades.
Ya en su primer año Alonso dejó en la estacada a un Trulli que quedó a 22 puntos del asturiano (55 vs 33, con el marcador anterior de 10 puntos por carrera y un campeonato de 16 pruebas) y opositando sólo 1 pódium (Alemania) por los cuatro conseguidos por Alonso, 2 terceros, 1 segundo y su ansiada primera victoria en Hungaroring donde se convertía, momentáneamente, en el piloto más joven de la historia en ganar una carrera con 22 años.
Similar fue la temporada siguiente en la que Alonso volvió a mostrar un gran rendimiento consiguiendo otros 4 pódiums mientras que Trulli se alzó con la victoria en el GP de Montecarlo, marcada por aquel incidente entre Ralf Schumacher y el propio Alonso cuando este se desdoblaba y perseguía a su compañero de Renault en pos de la victoria. Alonso volvió a ganar a Trulli (59 VS 46) acabando 4º de aquel mundial dominado por Michael Schumacher (esperamos que te recuperes pronto, káiser) y Ferrari.
A recalcar que Jacques Villeneuve fue contratado por Renault para las 3 últimas carreras en sustitución del propio Trulli pero en ninguna fue rival para Alonso que puntuó en todas ellas, siendo el canadiense incapaz de acercarse a zonas nobles.
Renault, años 2005-2006 VS Fisichella. La explosión.
Trulli se fue de Renault con la cabeza alta y haciéndose un mar de halagos cada vez que le preguntaban por Alonso; con la llegada de Giancarlo Fisichella el talento descomunal del ovetense no hizo más que crecer exponencialmente hasta batir a todos los presentes en la parrilla, no sólo al italiano que nada tenía que hacer.
Alonso dominó el mundial de cabo a rabo y sólo se vio enfrentado en lucha directa con Kimi Raikonen y aquel McLaren que era una bala de cristal diseñada por Newey que trajo más de un disgusto al finlandés.
Con 14 pódiums en 19 pruebas, 6 victorias y sólo 2 carreras sin puntuar (Canadá por abandono, donde chocó contra el muro tras ir detrás de Fisichella aguantando a los McLaren, y Hungría donde sólo pudo ser 11º) Fernando acabó con un total de 133 puntos, 75 más que Fisichella. Para que se hagan una idea, esos 75 puntos de más le habrían bastado a Fernando para haber batido a todos los demás pilotos (salvo a Raikonen que acabó con 112 puntos). Una barbaridad.
Y, como dice la canción, la vida siguió igual en el 2006. Superando a su compañero en todas las carreras (salvo Malasia, Estados Unidos e Italia), Magic acabó campeón del mundo con 134 puntos, 7 victorias, 14 pódiums y sólo dos carreras sin puntuar mientras que Fisichella acabó con 72 puntos, 1 victoria y 5 pódiums.
Tras aquel año glorioso lleno de lucha, sufrimiento y emoción destronando de nuevo cara a cara al mismísimo Kaiser de la F1 y siendo la sensación del mundo del motor, Fernando Alonso anunció la decisión de abandonar su casa, la escudería que le había dado 2 títulos (aunque para mí la aportación de Alonso hacia Renault fue mayor que a la inversa, estadísticas en mano) y se marchaba a la todopoderosa McLaren, las balas plateadas que se habían visto privadas de ganar campeonatos desde que Hakkinen en 1999 venciera al trinomio Ferrari-Schumacher-Irvine.
McLaren, año 2007 VS Hamilton. Frustración y comienzo de la rivalidad.
2007 será un año que Fernando Alonso tendrá grabado en su pensamiento durante toda su vida. Una transición difícil de ‘su casa’, Renault, a una potencia que llevaba más de un lustro frustrada y buscaba recuperar la gloria perdida. Por otro lado, Hamilton, la explosiva eminencia y esperanza inglesa del automovilismo recaía en la fábrica de Woking de la mano de su ‘padre adoptivo’ Ron Dennis tras ganar el título de GP2 dando una lección de pilotaje.
Desde las primeras carreras el inglés mostró su talento si bien Alonso fue quien volvió a traer la gloria a McLaren tras más de un año sin ganar. Alonso conquistaba Malasia y se ponía líder del mundial en lo que parecería otro título para el astro español, el año de transición de Hamilton y el campeonato de constructores para McLaren. Nada más lejos de la realidad.
Fue en Montecarlo, en mi opinión antes pero Montecarlo fue la prueba evidente para todos, donde comenzó la tensión entre Alonso y Hamilton-Dennis. El español lideraba la carrera con solvencia sobre el inglés y a ambos pilotos les llegaban órdenes desde el muro de reducir el mapa motor y bajar revoluciones para evitar problemas mecánicos y asegurar el doblete en las calles del principado. Como quien oye llover, Hamilton continuó su carrera al mismo ritmo mientras Alonso se preocupaba por su mecánica. Victoria para el nano, doblete para McLaren y el principio de la caída.
El talento de Hamilton se desbordaba como el mar en tempestad y el trato de favoritismo de Dennis y la estructura de McLaren durante la temporada no hicieron más que ensalzar su ego hasta que, en Hungría, una queja del propio piloto por no haber conseguido la pole (acabó 2º por detrás de Alonso) llevaron a la FIA (me ahorraré el término que iba a utilizar) a sancionar a Alonso por ‘alargar en exceso su estancia en el pit-line imposibilitando la vuelta lanzada de su compañero’. Cosa absolutamente sin sentido pues el propio Alonso fue apurado de tiempo para conseguir su propia vuelta.
Y como a río revuelto ganancia de pescadores, Ferrari y Raikonen sin hacer mucho ruido (ninguna sorpresa en Iceman) se llevaron el mundial en Brasil por el ansia y la inmadurez de Hamilton y el favoritismo de Dennis y McLaren. Conclusión: Hamilton 109 puntos – Alonso 109 puntos. Juzguen ustedes.
Hasta aquí la primera parte de los compañeros de Alonso en la F1, la semana que viene traeremos la segunda parte con su vuelta a Renault y el paso tan ansiado (¿o no?) a la Scuderia Ferrari. No se lo pierdan.
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