Fórmula 1: Gabinete de crisis en marcha
El futuro de la categoría está en juego este fin de semana en Austin
La F1 llega a Austin este fin de semana al borde del colapso, hasta el punto de que lo que suceda en pista puede ser muy importante para el público pero será lo de menos para los actores para los actores, tanto pilotos como equipos.
Con sólo dieciocho coches en pista, la categoría debe decidir de forma rápida cómo plantea el futuro inmediato, 2015. Apenas hay tiempo desde el punto de vista técnico y quizás tampoco político.
El fantasma del tercer coche planea de nuevo sobre la categoría, si bien ello se contradice con el reglamento deportivo de la F1.
La gobernanza de la F1 es un tema un tanto complicado. Las reglas son potestad de la FIA, los contratos son cosa de Bernie con los equipos de una parte y de otra con los circuitos. Cada uno de estos contratos es individual y secreto, lo que dificulta la negociación.
Los equipos quieren más dinero de Bernie. Los circuitos no pueden pagar ya lo que pide Ecclestone. Y la FIA quiere recuperar todo el poder perdido en la categoría.
Todo ello adobado además con que ciertas reglas requieren unanimidad por parte de los equipos para ser aceptadas. Al Grupo de Estrategia de la F1 sólo tienen acceso los seis equipos grandes, cuyos intereses difieren de los otros cinco. No es de extrañar que las conversaciones para limitar los costes e incluso poner un techo a los presupuestos hayan fracasado y los consensos logrados en algunos aspectos –congelación de motores, falta de test, etc– sean discutibles. Los que ganan no quieren modificaciones y los que pierden buscan en los cambios la posibilidad de invertir la situación.
Marussia y Caterham no estarán en Austin ni irán a Brasil; tampoco nadie les espera en Abu Dhabi y Brasil. Ambos equipos están ya bajo admisnistración judicial. No son los únicos con problemas. Sauber busca desesperadamente capital, y Force India y Lotus sobreviven gracias a las inyecciones de sus millonarios propietarios.
"Lo que está pasando es algo anunciado. Sólo cinco equipos tienen voz y voto en la forma en que se gestiona la F1. Si esto sigue así caerán más equipos. Si se hubieran aprobado medidas para contener los costes quizas Marussia y Caterham sobrevivirían", dijo Bob Fernley, director adjunto de Force India, cuyos millonarios propietarios tienen problemas financieros y judiciales en India
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