Así se lleva al matadero a la mitad de la parrilla de Fórmula 1
La parrilla del Mundial de F1 durante el último GP de Brasil (AP).La parrilla del Mundial de F1 durante el último GP de Brasil (AP).
Hace unos tres años aproximadamente nos contaba alguien que estaba ‘en el ajo’ que había visto los ‘papeles’ que programaban los ‘customer cars’ en la futura Fórmula 1, concepto que definiría a los monoplazas de los equipos más potentes usados por los menos pudientes. Desde entonces, claro, pusimos la antena para ver si y cómo evolucionaba ese proyecto que sólo podía ser impulsado por Bernie Ecclestone y Ferrari, McLaren, Red Bull y Mercedes, los nombres que aparecían en esos papeles.
Empezamos entonces a escuchar la insistencia de Luca de Montezemolo con el tema del ‘tercer coche’ en la órbita de Maranello, a ser posible de un equipo ‘americano’. Apareció el equipo HaasF1 que debutará en 2016, con las premisas que el ex presidente de Ferrari pedía en el pasado. La realidad actual parece confirmar que aquellos ‘papeles’ no se escribieron con tinta mojada en agua.
“Hay una agenda concreta…”
Dos equipos han desaparecido sin ayuda para evitarlo. Otros tres están pidiendo oxígeno económico. Pusieron las cartas sobre la mesa. Cuando Ecclestone olió un potencial boicot a la carrera de Austin se mostró conciliador. Puro tacticismo, ya que en Interlagos fue tajante pero en el extremo opuesto. El domingo, Ecclestone negó a ayuda financiera adicional a Force India, Lotus y Sauber porque sus ‘jefes’ de CVC se niegan a ello. También los grandes equipos han rechazado compartir su parte de la tarta a pesar de que la parrilla pueda quedar mermada.
Los hechos consumados van dando forma a las intenciones últimas de quienes mueven los hilos de la marioneta. Por ello, Bob Fernley (Force India) y Monisha Kaltenborn (Sauber) han utilizado el mismo concepto: “Viendo las propuestas que se nos han hecho hay que creer que hay una agenda concreta…”. Una agenda no declarada oficialmente que la propio Kalterbon iluminaba este pasado fin de semana: “Buscar que cuatro o cinco nombres sigan en la Fórmula 1, las ideas que se nos ofrecen son las de utilizar chasis con un año de antigüedad y motores que son de diferente especificación, entonces parece que hay una agenda…”. Traducido al latín del siglo XXI, los ‘customer cars’.
Como ganado dirigido hacia el redil
Las grandes líneas maestras para materializarla han pasado, primero, por reforzar la participación en los derechos comerciales de los grandes equipos, mientras los de media tabla y pequeños recibían limosna. Segundo, la evolución económica de la Fórmula 1 -con el ‘sartenazo’ económico que han supuesto los nuevos motores- ha ido dejando ‘seco’ a cualquier equipo al margen de esos cuatro o cinco nombres a los que se refería Kalterbon. Tampoco ha habido acuerdo para establecer un sistema genérico de control de los elevados costos de la Fórmula 1. Dos equipos han caído en acto de servicio y otros tres están ya rojos y con la lengua fuera.
De modo que la pinza entre Ecclestone y los grandes ha convertido al resto en ganado conducido a través del cercado hacia el matadero. Los poderes fácticos de la Fórmula 1 están forzando a la mitad de la parrilla a que, si quiere formar parte del juego, será en las condiciones que dicta CVC con Ecclestone al frente, ahora con la aquiescencia de equipos bien cebados económicamente. Pero ya han confirmado que no pueden seguir el ritmo.
Sobraría la mitad
CVC Capital Partners en un ‘private equity’ que ha invertido en más de 250 empresas en diferentes países. La Fórmula 1 es un negocio más y se trata como tal, es decir, maximización implacable de su inversión y de los beneficios generados. Ante la exigencia de más dinero para sobrevivir en el modelo actual, la respuesta es otra: si la mitad gastara menos, menos reparto hace falta.
De imponerse finalmente los ‘customer cars’, a Force India, Sauber, Lotus y Toro Rosso les sobrará personal e infraestructura. ¿ Va poner el equipo HaasF1 en pie un túnel de viento, sofisticado material de simulación y decenas de ingenieros para repetir el papelón de Marussia y Caterham? Gene Haas no es un advenedizo empresarial y ha debido conocer esa ‘hoja de ruta’ trazada hace años para decidir su entrada en la Fórmula 1. Arrancará en 2016 y contará con motores Ferrari, ya confirmado, y chasis de Maranello, apostemos. Por cierto, Haas estará rezando para que el 666 de 2015 sea mejor que el F14T de este año…
Y en la lejana línea del horizonte...
En 2016 dos nuevos monoplazas más -americanos- deberían unirse a la parrilla. Mientras tanto, la aristrocracia de la Fórmula 1 quizás tenga que arremangarse en 2015 con un tercer coche de Ferrari, Red Bull o McLaren para solventar provisionalmente el problema. ‘Do ut des…’. Y en 2016, ‘customer cars’ para quienes quieran seguir subidos a la noria de la Fórmula 1. Si hoy Force India, Sauber y Lotus boquean económicamente, qué será dentro de un año más.
Y quién sabe, apuntando hacia la lejana línea del horizonte, cuando CVC deshaga su inversión la Fórmula 1 -que lo hará-, cuando el Gran Circo salga a Bolsa, puede que en el nuevo accionariado figuren nombres como Ferrari, McLaren, Red Bull, Mercedes... Pero esta es otra historia. De momento, ante el panorama actual, es inevitable acordarse de aquellos ‘papeles’ de hace tres años, y que están más cerca de convertirse en realidad.
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