Los comisarios de la FIA tienen el punto de mira colocado en Mercedes y Ferrari este fin de semana en el Gran Premio de China. Avisaron ya hace 15 días en Malasia a todos los equipos que endurecerán los sistemas de medición del consumo de combustible, que es una manera de dar tiempo a quien tenga algo extraño o nuevo para que se lo piense.
La situación es que el máximo organismo sospecha que algunos equipos han logrado sortear el límite reglamentario de flujo de combustible durante una carrera, de 100 kg/h cuando el motor supera las 10.500 rpm. Que entra más energía de la que debiera, lo que da una evidente ventaja.
Sí, justo lo mismo que le costó el podio a Daniel Ricciardo en el Gran Premio de Australia de 2014, el famoso caudalímetro que mide ese tránsito instantáneo de gasolina hacia el motor de combustión. ¿Trampa o astucia? Como casi siempre en la F1, la alegalidad sortea la legalidad sin pisar la ilegalidad hasta que nadie diga lo contrario.
No está claro cómo lo consiguen, pero se trataría de que tanto los ingenieros italianos como los alemanes han logrado jugar con la presión del sistema de combustible, una vez que ya ha pasado por el sensor que lo mide, para disponer de más caudal del permitido, más gasolina, en momentos puntuales, como a bajas revoluciones o en aceleración. Y sin que el sistema lo detecte.
Múltiples sensores nuevos
Desde el jueves, en Shanghái, la FIA instalará un nuevo juego de sensores que ayuden a medir el sistema en muchos más puntos que en la actualidad. Especialmente tras el caudalímetro, que es donde Mercedes y Ferrari habrían logrado aprovechar el aumento de la presión a 500 bares en la alimentación para luego crear una reducción de esa presión máxima y aprovechar un reflujo de combustible indetectable para el sensor.
Lioso, en efecto, pero así es este deporte dominado por ingenieros, una vertiente que suele hacer las delicias de muchos aficionados que se preguntan cuánto de esto tuvo que ver con la victoria de Vettel en Sepang.
Algunas voces autorizadas del paddock, entre ellas varios pilotos, sostienen que este domingo verá de nuevo el reparto de fuerzas habitual ya que Mercedes sentirá menos la pérdida, si es que no lo quitó ya en Malasia mientras que los italianos resistieron algo más.
Renault, es decir Red Bull y Toro Rosso, quedarían fuera de las sospechas ya que su sistema de alimentación de Bosch trabaja a 250 bares y no podría aprovechar los efectos secundarios de reducir una presión como desde 500.
McLaren también tendría suficiente chorro para probar el sistema pero sus problemas de fiabilidad son mucho más acuciantes y no habría intentado aún hilar tan fino.
Fuente: app para diapositovs móviles del diario deportivo marca