LA SEGURIDAD, Y EL HELICÓPTERO, VAN PRIMERO
Cuando 50 millones de euros no frenan la amenaza de una nube tóxica en Singapur
Los agricultores de Sumatra han puesto en jaque estos días a Singapur, que vive ahogada en una neblina que impide la visión correcta. De llegar así para el día del GP, habría dudas sobre su celebración
“La posibilidad de neblina, poco saludable, es sólo uno de los muchos posibles problemas que hay en el Gran Premio de Singapur. En el caso de que la neblina causara problemas de visibilidad, salud pública o cuestiones operativas a la carrera, este trabajaría en estrecha colaboración con los organismos pertinentes antes de tomar decisiones colectivas sobre el evento”, indicó un portavoz de la ciudad-estado este lunes, un día en el que había dificultades de visión, además de los problemas de salud pública que obligó este fin de semana a suspender una serie de eventos deportivos. Los cerca de 50 millones de euros que se embolsa la Fórmula 1 por cada prueba en Singapur hacen difícil que una nube tóxica ponga freno al gran premio que comienza en un par de días, pero el reciente caso y las dudas que surgieron sobre la evacuación a Jules Bianchi en Japón ponen incertidumbre al asunto.
El estrato tóxico que ha invadido estos días Singapur procede de Sumatra, donde los agricultores se han puesto a quemar hectáreas de sus bosques para convertirlos en campos de cultivo. La Agencia Nacional de Medio Ambiente de Singapur comunicó este domingo a Reuters que las condiciones de niebla tóxica no habían mejorado en las anteriores 24 horas, aunque esperaban que sí lo hiciese a lo largo de esta semana, en caso de que en el país vecino no continuara la devastación de su arboleda.
Cuando se dio el visto bueno a una carrera urbana nocturna se dudó sobre el nivel de seguridad que podía ofrecer esta 'ratonera' en caso de lluvia. La reducción de la visibilidad es una cuestión que preocupa (cada año se recalca el dato de los 1.500 focos que alumbran el camino de los monoplazas, 100 veces más potente que la iluminación de una calle de una ciudad). ¿Qué ocurriría si esos focos quedan parcialmente anulados? Porque la “neblina”, en este caso, podría hacer tantos estragos como un chaparrón, con la diferencia de que -por un lado- habría peligro de deslizamiento -y por otro- se iría a más velocidad que con la lluvia. Esta es la amenaza en cuanto a los monoplazas.
Jules y el helicóptero
La clave, sin embargo, se encuentra en si entre esta nube cosida por rascacielos sería capaz de volar un helicóptero. Una prueba de Fórmula 1 no puede disputarse en el momento en el que las condiciones impidan el uso de este aparato por cuestiones de seguridad. Cuando Jules Bianchi sufrió el terrible accidente en Japón se le trasladó al hospital más cercano en ambulancia. Llovía y muchos cuestionaron por qué no había sido evacuado en helicóptero y, en ese momento, algunas conclusiones en el paddock fueron que no podía volar por las condiciones climatológicas, motivo por el cual se debía haber parado la carrera. La FIA, sin embargo, emitió un comunicado explicando que era más rápido el transporte por carretera…
El debate quedó ahí y si una de las consecuencias directas del tal desgracia ha sido la aparición del 'safety car virtual', otra es la de tener la total seguridad de que el helicóptero pueda volar con o sin nube tóxica por mucho que estemos en una de las carreras mejor pagadas del Mundial, con un canon cercano a los 50 millones de euros. Esta prueba, activa desde 2008, tiene una media de 1,5 coches de seguridad por carrera.
Las previsiones indican que conforme avancen los días se irán despejando las dudas junto a las nubes. La toxicidad que pudiera quedar, en este caso, queda en un segundo plano.
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