Las cuentas de los equipos revelan unas pérdidas globales de 176 millones de euros en 2014, sin contar Caterham, que fue liquidada
La parrilla de la F1 esta más cerca de la quiebra que de obtener beneficios. Pese a ello, todos los equipos marchan adelante
Sauber ha pedido a Bernie Ecclestone un anticipo sobre sus derechos comerciales de 2015. Lo ha hecho tras conocer que Bernie Ecclestone lo había concedido a Force India poco antes de los dos últimos GP. Un Bernie Ecclestone que asimismo ha tenido que pagar en los últimos GP diversas facturas a circuitos y hoteles de los últimos GP que Lotus había dejado sin pagar en 2014.
Normalmente los derechos comerciales de una temporada se pagan ya iniciada la siguiente. “Pero este es un sistema perverso. Es precisamente en noviembre, diciembre, enero y febrero los meses en los que se concentra el mayor gasto de los equipos en I+D, en proveedores”, señaló hace poco más de un año Gerard López, el patrón de Genni Capital, hasta ahora máximo accionista de Lotus, aunque el equipo está siendo vendido a Renault.
Es la cara oculta de la moneda, la que no se ve tras las fachas ostentóreas de los equipos de F1, que en ocasiones son simple cartón piedra, tan endebles que no resisten el primer envite.
Números rojos en casi todos los equipos. Los que no lo están es porque sus accionistas principales han efectuado aportaciones importantes, caso de Mercedes, en sus propios equipos.
No sucede esto sólo con los equipos, también con los circuitos, que precisan de ayudas y aportaciones públicas en la inmensa mayoria de los casos. Sólo los detentores de los derechos comerciales sacan pingües beneficios de la F1 –para CVC Partners, accionista mayoritario, la F1 ha sido uno de los mejores negocios de su historia y desde 1999 ha generado casi 13.000 millones al conjunto de sus propietarios–, de ahí las continuas revueltas de los equipos para pedir más dinero.
Poco a poco las cifras van aflorando. En total, los equipos de F1 perdieron en 2014 176 millones de euros, casi una cuarta parte del presupuesto del Barça o del Real Madrid. Y eso que el Grupo Daimler ingresó 82 millones de euros en las arcas de Mercedes AMG F1 y Ferrari también habría recibido ayudas por parte del grupo FIA, según revela Autosport.
Sólo Red Bull ha apuntado beneficios en sus cuentas, porque todavía rentabilizó los 4 títulos consecutivos obtenidos por Vettel y sus compañeros. McLaren aflora unas pérdidas de 41 millones de euros, del mismo orden que en Williams. Pero el ‘campeón’ fue Manor, no contenta con ser farolillo rojo en las parrillas sino también por mostrar los números más rojos de la F1, 80 millones de pérdidas y la entrada en bancarrota, que pudo ser milagrosamente salvada en el último momento. Es algo que Caterham no logró.
Pese a esta situación, ni siquiera los equipos modestos quieren renunciar a los costosos motores híbridos, a la parafernalia mediática ni a esa carrera de armamento a la que obliga el diseño virtual: bancos de pruebas, simuladores, superordenadores, túneles de viento, etc. Se contentan con la limitación de los test pretemporada. Son como aquellos ratones que seguían al ‘Flautista de Hamelin’, Bernie en este caso, y perecieron ahogados en el río de las deudas
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