ENFADADOS CON SU RENDIMIENTO Y ACTITUD
Tarjeta amarilla a Kimi Raikkonen: "Cuando hablas mucho, es que conduces poco"
En China, Räikkönen se quedó a 40 segundos de Vettel, criticó al equipo en público y acabó detrás de los Red Bull. Ferrari alza la voz, con su futuro en entredicho: "Hay que dejarle las cosas claras"
“No sé cómo quedaré este año, pero hasta ahora ha ido todo muy bien”. En los test invernales, Kimi Raikkonen se perfilaba como una de las revelaciones de 2017. Rodaba cómodo con el SF70-H, su comunicación con el equipo había mejorado y los nuevos neumáticos más anchos eran idóneos para explotar su talento. Pero todo se ha venido abajo tras las dos primeras carreras. Si ya en Australia preocupaba verle a 20 segundos de Sebastian Vettel, en China terminó a casi 40. En Ferrari ya empiezan a mosquearse. ¿Ha vuelto la peor versión de ‘Iceman’?
Cuando parecía haberle tomado la medida al nuevo coche, Raikkonen ha recuperado los peores vicios que le atormentaron en años anteriores. Su descontrol empieza a afectarle los sábados, donde arrastra un déficit de medio segundo con Vettel, y desemboca en actuaciones descafeinadas los domingos. Este domingo lo escenificó a base de gritos. “¿Qué demonios pasa? ¡No tengo nada de agarre!”. El finlandés empieza a entonar un discurso de resignación similar al 2015, cuando se cuestionaron sus méritos para seguir en la Fórmula 1. Nadie sabe si tendrá ahora una segunda oportunidad.
Ferrari alza la voz: "Está en otras cosas..."
Sergio Marchionne mandó ayer un primer aviso. “Hay que dejarle algunas cosas claras. Hoy estaba en otro asunto”. Maurizio Arrivabene le siguió la corriente. “Cuando hablas mucho por la radio, es que estás conduciendo menos”. Hasta ahora, Raikkonen no sólo está sufriendo otra vez con la parte delantera, sino que ahora tampoco controla la trasera. “El coche es bueno, pero no junto las vueltas”, decía en Australia, donde Max Verstappen estuvo cerca de ganarle. En China se repitió la historia. “Tengo los mismos problemas, en cuanto empujo un poco más, aparece algo que lo exagera todo”. En la Q3, Vettel le endosó seis décimas, y su quinto puesto en carrera desató las críticas de sus jefes.
Además del mal rendimiento, en Ferrari tampoco parecía gustar el ‘tapón’ que le interpuso a Vettel durante varias vueltas. Si no le hubiera frenado, veían más posible ganarle a Hamilton. Y sabiendo que Mercedes puede sacarse pronto una ‘carta mágica’ con el motor, Vettel necesita que Raikkonen rinda al mejor nivel para empezar a restarle puntos a Hamilton, más aún si Red Bull empieza a reengancharse a la batalla a partir de la gira europea. De momento, verle rodar ayer detrás de Ricciardo y Verstappen no parecía nada alentador en sus opciones al título mundial.
Y otro tema es su actitud. Vettel remontó del sexto al segundo puesto tras su parada en boxes, pero defendió a Ferrari sabiendo que podrían haber ganado. Pero Raikkonen, que no adelantó a Ricciardo en toda la carrera cuando Vettel tardó muy poco en hacerlo, culpó al equipo por llamarle tarde a cambiar neumáticos. "Deberíamos haberlo hecho mejor...". Marchionne le devolvió el tanto poco después. "Vettel ha sido más agresivo”. Con estas nuevas reglas, Kimi parece desdibujado dentro y fuera del coche.
¿Habrá reacción en Baréin?
Raikkonen corre el riesgo de seguir incómodo con el coche y firmar malos resultados como en 2015, o repetir algunos de los momentos más brillantes del 2016, cuando “unos pequeños cambios aquí y allá”, según describía el propio Kimi, le permitieron lavarle la cara a Vettel en algunas carreras. La tendencia del 2017 apunta por ahora a otro año de frustración si no se corrige pronto, aunque en Baréin probará una nueva configuración del coche. “Estoy seguro de que estaré más contento, son pequeñas cosas que pueden hacer la diferencia en los tiempos por vuelta”, confesó esperanzado en China.
En el horizonte, pronto empezará a perfilarse la parrilla de 2018. Raikkonen acaba contrato este año, y las críticas de Arrivabene, uno de sus grandes protectores, suponen un aviso o el preludio de su adiós si no hay una reacción a corto plazo. Cesare Fioro, exjefe de Ferrari, ha hablado claro. “Tiene 38 años, debe terminar su aventura”. Con un piloto italiano como Antonio Giovinazzi en la recámara, Marchionne ha empezado pronto con su presión sobre el finlandés. Y sólo han pasado dos carreras. Si 'Iceman' se sigue derritiendo en el desierto de Baréin, su futuro en la Fórmula 1 empezará a ser más incierto que nunca.
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