ALONSO NO CONSIGUE TERMINAR NI UNA CARRERA
Ya no hay palabras: el de Honda es el mayor fiasco en la historia de la Fórmula 1
Alonso no conseguía llegar ni a la parrilla. Honda quizás resuelva algún días sus problemas, pero a día de hoy está cosechando el mayor fracaso en la historia de este deporte
Según Daniel Kahneman, famoso psicólogo y premio Nobel, el ser humano confunde la experiencia real y el recuerdo de la misma. “El yo que recuerda es el que toma nota y mantiene la historia de nuestra vida”. Pero en el caso de Fernando Alonso, será imposible maquillar este presente en el futuro. Porque el de Honda es el mayor fracaso en la historia de la Fórmula 1 para un gran fabricante de automóviles.
“Fernando quiere el tercer título como sea, por lo civil o lo criminal”, comenta contundente a El Confidencial una fuente muy cercana al piloto. Sin embargo, la experiencia de Alonso con McLaren-Honda está trascendiendo el terreno deportivo para entrar casi en lo iniciático, cuando el espíritu se transforma ante la dureza de las pruebas a superar. Porque ningún campeón del mundo ha vivido nada parecido.
La imagen de Sochi recordaba la de Hungaroring hace dos años, cuando Alonso empujaba su monoplaza para llegar a boxes. La escenografía no podía ser más dramática antes de empezar el Gran Premio de Rusia. Las cámaras amplificaban el andar solitario de un piloto que ni siquiera llegaba a la parrilla ante el enésimo fiasco de Honda. Pero en el tercer año del proyecto. Alonso es el único sin terminar una carrera en 2017, y son dos seguidas en las que un McLaren ni siquiera las empieza ¿Honda con Sauber? le preguntaban. “Veremos qué pasa con cada uno de nosotros en 2018”, contestaba ayer el piloto español.
Cuándo se tocará el fondo de pantano
En 2014, Renault no sabía por dónde soplaba el viento y Ferrari subestimó también el desafío híbrido. Pero todos menos Honda han ganado carreras en este tiempo, e incluso el equipo italiano disputa el título a Mercedes en 2017. Aunque Honda empezara un año más tarde, en su tercera temporada aún se desconoce cuándo tocará el fondo del pantano.
Toyota fracasó en la década pasada con un proyecto de inversión ingente, pero no con la imagen que está ofreciendo Honda. BMW decidió retirarse en plena crisis económica, aunque ni de lejos con la sensación del fabricante japonés. Mercedes progresó lentamente con McLaren en los noventa, pero jamás con la increíble falta de fiabilidad, potencia y rendimiento del fabricante nipón.
Honda volvió con la tecnología turbo en 1983 y ganaba al año siguiente. Desde 1987 no perdió ningun título hasta 1992. Cuando el fabricante japonés se hizo cargo en 2005 del proyecto BAR, Button consiguió una victoria la temporada siguiente. En 2007, tardó en lograr su primer punto, Barrichello no lo hizo en toda la temporada, y solo cayeron seis al final. Pero en 2008 el brasileño al menos se subió al podio. La crisis terminó con ese proyecto que luego fue Brawn en 2009.
Una singladura personal única
Toyota, BMW, Ferrari, Renault, Mercedes, Porsche… Ningún gran fabricante de automóviles ha cosechado tal fracaso de forma tan continuada y recurrente en la Fórmula 1. Lamborghini, Peugeot, Yamaha, Alfa Romeo… quedaron como ejemplo de proyectos fallidos, pero nunca se ha visto otro como el de Honda en estos tiempos. Porque se trata de una gran multinacional de enorme potencial económico y técnico, pionera con Toyota los coches de calle híbridos. Presente en numerosas ramas del deporte de dos y cuatro ruedas. Tres años ya, y ni si llega a la parrilla. Lo dicho, nada igual.
Tampoco para el piloto. Emerson Fittipaldi se arrastró tras sus dos títulos, pero con su propio equipo, el Copersucar. ¿Stewart, Hunt, Lauda, Andretti, Prost, Senna, Piquet, Mansell, Hakkinen…? Ninguno vivió una odisea similar ya como campeón. Ni siquiera Schumacher con Ferrari en los noventa antes de sus cinco títulos consecutivos. La de Alonso es también una singladura única en la F1 desde el punto de vista psicológico y deportivo. Decía Toto Wolff estos días que su participación en las 500 Millas es un "caso de ego”. Más bien, es una bombona de oxígeno para un ganador patológico que se va quedando sin aire.
"Abierto a todo, salga lo que salga"
“Más o menos lo mismo que en Australia, China y Baréin. Será igual en España, Mónaco, Canadá… Cada jueves, viernes, sábado y domingo me pongo delante de vosotros e intento contestaros de la forma más educada posible. Creo que va a ser un poco monótono, la misma historia…”. El Gran Premio de Rusia ha sido otro capítulo más de esta tragedia deportiva y económica para McLaren, que sigue perdiendo millones por cada carrera sin puntuar. Ahora que Honda podrá continuar desarrollando su tecnología híbrida también con Sauber, quién sabe si el equipo británico continuará su propio camino con otro fabricante en 2018 a la espera de tiempos mejores del equipo nipón. O sigue atado a esa piedra de Honda, que sigue hundiéndose sin saber todavía cuando tocará ese fondo del pantano.
Alonso ya avisaba la pasada semana en la CNN que para el próximo año está "abierto a todo, salga lo que salga". Pero las opciones al margen de McLaren no se antojan fáciles. Puede que Honda levante algun día la cabeza o Alonso logre ese tercer título algún día. De momento, y volviendo a Daniel Kahneman, parece imposible imaginar que estos tiempos tan increíblemente duros y desconcertantes puedan recordarse en el futuro como algo diferente a lo que son: un desastre sin precedentes en la Fórmula 1.
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