ESTAMOS ANTE UN NUEVO 'MAD MAX'
El cambio radical de Verstappen que pone a Red Bull y Honda donde no merecen
Max Verstappen ha dado un paso de gigante en su madurez como piloto. Desde mediados de 2018 y durante el inicio de esta temporada 2019, el piloto holandés está a un gran nievel
Max Verstappen ha dado un paso de gigante en su madurez como piloto de Fórmula 1. Desde mediados de 2018 y durante este inicio de temporada, el piloto holandés está mostrando su cara más consistente sin sumar apenas fallos. El Gran Premio de Mónaco fue gran prueba de ello, a pesar de sus incidentes con los Mercedes. Lleva encadenando pilotajes perfectos con los que superó con suma facilidad en su momento a un piloto de la talla de Daniel Ricciardo y ahora humilla a Pierre Gasly y sitúa a Red Bull Honda en una posición por encima del verdadero nivel del monoplaza cada fin de semana.
Verstappen es tercero en la clasificación general de pilotos por delante de los Ferrari en un coche que ni se acerca a lo que ha demostrado el SF90 esta temporada. La clave de esta posición es cómo ha cambiado su forma de pilotar, una evolución que él mismo esperaba. “En general, es la vida. Voy cumpliendo años y acumulando experiencia, pero en ocasiones debes cometer errores para convertirte en mejor piloto”. Y no puede evitar acordarse de su error en los Libres 3 del Gran Premio de Mónaco que le obligó a salir el último cuando partía como gran favorito a llevarse la victoria.
Mónaco 2018 lo cambió todo
Su jefe en Red Bull, Christian Horner, comparte la misma idea. Desde Mónaco 2018 todo cambió. El británico sitúa a aquel accidente como la clave de todo. Verstappen cambió su modo de afrontar la competición. “Si volvemos 12 meses atrás, probablemente el de Mónaco fue el peor fin de semana de su carrera. Teniendo un coche capaz de ganar, falló en los Libres 3 y no pudo tomar parte en la clasificación. Fue muy duro para él y creo que reflexionó sobre ello”.
Los comienzos de Verstappen en el gran circo fueron como la seda. Grandes resultados con Toro Rosso a corto plazo y victoria en su debut con Red Bull con tan solo 18 años. Un piloto de un talento descomunal que se encontraba con el hándicap de su precocidad y falta de madurez, como es normal, al volante. Sus carreras compaginaban pilotajes descomunales con errores infantiles e inexplicables. Ahora, en su cuarto año en el gran circo, está en un gran momento y ha aparecido el mejor Verstappen. Ya tan solo le falta lo más complicado, que Red Bull y Honda pongan un coche a su altura para empezar a sumar podios y triunfos con asiduidad. “Desde Montreal del año pasado ha mejorado. Ha sido fenomenal cada vez que se ha subido al coche”, afirmó Horner.
Un comienzo casi perfecto
Aquel cambio tuvo su continuidad y este año ese cambio se ha traducido en grandes resultados para la marca de bebidas energéticas. Dos podios y cuatro cuartos puestos siempre dejando a un Ferrari en la estocada. Max Verstappen se ha convertido en el líder indiscutible de Red Bull en la pista, faceta que le viene al pelo por su actitud. “El modo en que comenzó esta temporada ha sido excepcional. Ha superado las expectativas en ciertos aspectos y creo que tiene esa madurez y liderazgo que le permite liderar el equipo. Creo que también disfruta con ese rol. Ha tenido una evolución tremenda desde el año pasado y creo que también se ha beneficiado de la experiencia”, concluyó Horner.
El Gran Premio de Mónaco fue el mejor reflejo del cambio de pilotaje y actitud en el piloto de 21 años. Es verdad que en la salida de boxes, en su primera y única parada, se la jugó a Valterri Bottas, pero era la única manera de atacar a los de Brackley. Arrinconó al finlandés contra el muro y provocó un pinchazo en el W10 de Bottas. Su sanción fue de cinco segundos, por lo que tenía que adelantar a Hamilton en pista si no quería perder su podio. Estuvo más de 60 vueltas tras el británico esperando su momento y viendo como Hamilton sufría con unos neumáticos en las lonas. Si el Verstappen de los comienzos hubiese sido el que estuviera tras Hamilton... ¿qué habría pasado?
En cualquier momento anterior, Verstappen se habría lanzado como una leona a por su presa, pero esperó hasta un momento más óptimo. En la vuelta 76 se tiró contra Hamilton, chocaron sus ruedas sin consecuencias y Mad Max tuvo que tirar la toalla al ver que el trabajo era imposible.
Quizá la cosa habría cambiado si Verstappen no hubiese cometido un error que terminó arruinando sus opciones de podio. El piloto holandés se equivocó con el mapa motor. Red Bull le indicó que cambiara al mapa 12 cuando entró a boxes durante el coche de seguridad y él puso el seis al salir. "Mierda, no hice el cambio", se quejó Max por la radio. Ese cambio estaba pensado para que Max volviera a un modo normal de carrera con respecto al que tenía para la salida. Sin embargo, al no hacer el cambio en el momento indicado, tuvo que aguantar con el otro mapa hasta el final de la carrera.
Eso le penalizó e hizo que se quedara atrapado con un mapa motor "muy diferente" al que debería tener para poder atacar a Hamilton, según el director técnico de Honda, Toyoharu Tanabe. El holandés, por un inocente error, dejó escapar así un gran resultado en lo que se podría decir que ha sido su primer fallo esta temporada. Un año que está dejando claro que estamos ante otro Verstappen, pero siempre sin perder esa agresividad que lleva en su ADN y que lo hace único.
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