'¿Por qué Ferrari no le devolvió la punta a Leclerc en Singapur?',
Mattia Binotto admitió que el muro de pits de Ferrari se planteó invertir el 1-2 de sus pilotos al final del Gran Premio de Singapur, pero decidió no hacerlo. Diego Mejía explica las posibles razones de la decisión de la Scuderia.
Tres victorias consecutivas para Ferrari. No ocurría desde hace 11 temporadas, la de aquella definición en la que por algunos segundos Felipe Massa fue campeón del mundo. Kimi Raikkonen y Felipe Massa alternaron victorias en Malasia, Bahréin, España y Turquía. Los de Maranello dominaban el inicio de la temporada en la que defendían los títulos del mundo.
Pero para encontrar una racha similar en la segunda parte del año hay que ir a la era Schumacher, a la de la última hegemonía Ferrarista. Cuando ya los títulos mundiales parecen fuera del alcance para la Scuderia, han encontrado lo que se esfumó después de la pretemporada y de lo cual solo vimos destellos en el atardecer en Bahréin con la pole, luego la desilusión para Charles Leclerc.
Este fin de semana en Singapur Ferrari ha sorprendido. Diría que incluso se han sorprendido a si mismos. Presentaron mejoras que han sido parte de las claves de su inesperada superioridad, pero como ha reconocido también Mattia Binotto, ellos han encontrado algo que sus rivales no, particularmente con los neumáticos. Y lo encontraron de cara a una clasificación que históricamente ha sido trascendental en el circuito de Marina Bay.
Leclerc brilló más que nadie el sábado, mostrando tal nivel de confianza que se permitió ir casi fuera de control, según sus propias palabras, no una, sino varias veces para lograr su quinta pole este año, una que lo coloca como el piloto con más pole position en lo que va de 2019, por encima de quien más poles ha conseguido en la historia de la Fórmula Uno, Lewis Hamilton.
Desde esa pole, Leclerc controló la carrera el domingo con un ritmo que adormecía. Pero hacía lo que correcto, pues esa Ferrari briosa y al borde de lo inmanejable podría devorar los neumáticos traseros en pocas vueltas con un ritmo más elevado. Rodaba al menos un par de segundos más lento de lo que realmente podía hacer, como luego se evidenció. Le velocidad en recta de la SF90 le permitía mantener a distancia a Hamilton en los dos lugares de la pista donde le podía amenazar.
Una vez pararon varios los del grupo medio de la parrilla y se habría el hueco para parar en boxes y no salir en tráfico, Ferrari no lo llamó a él, como sería normal para protegerse de un undercut. No lo hizo porque pronto encontraría tráfico al salir de boxes, el cual, de no superar rápidamente, pondría en duda su liderato frente a Hamilton.
Además, Ferrari, de no parar a Vettel en esa vuelta, se arriesgaba a perder la tercera o tal vez segunda posición con Verstappen, incluso con Bottas también si el finlandés se detenía. Los mecánicos de Red Bull esperaban a Verstappen, los de Mercedes, al parecer, a Hamilton, pero los de Brackley desde hace varias carreras juegan a engañar al rival con una falsa parada en boxes. De nuevo, no se dio, algo que luego lamentarían.
Vettel y Verstappen pararon y montaron el neumático duro, con el cual en los entrenamientos libres no pareció que fuera tanta la ventaja para el undercut. Sin embargo, y a pesar del ritmo de carnaval de Leclerc al frente en el primer stint, la degradación de los Pirelli rojos aumentaba más de lo esperado la ventaja de los Pirelli blancos nuevos.
Cuando Leclerc, quien no hizo más que lo que el equipo le pidió y ejecutaba una carrera perfecta, apareció en pista por detrás de Vettel, Ferrari se encontró ante un dilema. Sus pilotos estaban primero y segundo, por ese lado perfecto, pero el orden entre ellos se había invertido, contrario a lo planeado.
El muro de Ferrari se sorprendió con la ventaja del undercut, 3.9 segundos según dijo Binotto. También sorprendió a Mercedes, pues ellos contemplaron la misma estrategia con Hamilton pero se decantaron por lo contrario, dejándolo en pista con neumáticos usados.
Según admitió Binotto, se plantearon devolverle la punta a Leclerc. Sin embargo, prefirieron no hacerlo. Y creo que hicieron lo correcto. El discurso de Binotto a esta altura de la temporada tiene ya cierto enfoque hacia 2020, de construir hacia la próxima temporada.
Vettel ha estado lejos del nivel esperado para quien ha sido a priori el líder del equipo, por títulos y experiencia, como lo marcó Binotto antes de iniciar la temporada y como lo evidenció en otras ocasiones en las que pidió a Leclerc ser escudero de Sebastian.
El alemán llegó a Singapur sumido en una de sus peores crisis, tal vez la peor, ya incluso siendo cómplice de la victoria de Leclerc en Spa y luego acabando desfavorecido por las circunstancias en la clasificación en Monza, antes de que él mismo se deslizara más en su propio espiral con su trompo en plena carrera. Haberle quitado la victoria lo habría acabado de hundir, habría sido una declaración pública de quien es el líder de filas, eso sin mencionar las posibles ramificaciones.
A Ferrari le sirve más un Vettel motivado, uno que encuentre de vuelta la confianza que ha perdido, la misma que marcó la diferencia en la clasificación del sábado en el momento clave. Le sirve más de cara a construir para 2020. Este año Binotto no tiene que escoger un piloto para pelear el título, pues esa ya no es una lucha que estén dando. Tal vez el próximo si tenga que elegir en algún momento.
En la Gestione Sportiva de Ferrari este lunes hay cuatro banderas por cada una de sus victorias. Dos de Leclerc, Spa y Monza, dos de Vettel, Singapur y si, Canadá. Ante los ojos de Binotto, no han pasado 392 días desde la última victoria de Sebastian, aunque sean esos los días que pasaron antes de volver a ver ese famoso índice derecho del alemán apuntando hacia lo más alto. Él nunca le ha perdido la fe.
https://lat.motorsport.com/F1/news/razo ... 7FCCQBiDDM