Hamilton se marca 'un Cristiano Ronaldo' en plena fiesta de Mercedes
El británico chafó la celebración del séptimo campeonato de su escudería diciendo lo que, desde hace meses, se barruntaba: no tiene claro que vaya a seguir compitiendo
Lo que de siempre se ha conocido como un «aguafiestas», de un tiempo a esta parte es «hacer un Cristiano Ronaldo». Esta expresión, más popular en el contexto deportivo que en la sociedad, hace alusión al anuncio del futbolista portugués de que dejaba el Real Madrid en plena celebración de la Liga de Campeones conquistada minutos antes en la final de Kiev de 2018. No es habitual que un deportista elija precisamente ese momento para anunciar su adiós, o amagar con ello, precisamente porque lo que no quiere es perjudicar el ambiente de jolgorio que se vive cuando se logra un éxito.
Este domingo, Lewis Hamilton hizo un Cristiano. Enfundado aún con la camiseta conmemorativa del séptimo campeonato del mundo de constructores de Mercedes, algo que nadie había logrado hasta el momento (no de manera seguida), decidió que era buen momento para expresar públicamente lo que en los corrillos ya era un murmullo bien audible: no está nada claro que vaya a estar en la parrilla de 2021.
«Me gustaría estar aquí el año que viene, pero no hay garantía de eso, seguro. Hay muchas cosas que me emocionan de la vida de fuera de la Fórmula 1, así que el tiempo lo dirá», soltó, ante la sorpresa de los que no esperaban una declaración tan elocuente e impactante de manera tan clara. Las risas de la fiesta de Mercedes se rebajaron en el box, cuando estas palabras empezaron a circular por el boca-oreja del garaje de los heptacampeones.
No es nuevo que Hamilton lleva tiempo dándole una vuelta a lo de seguir en la F1. Conseguir la motivación cuando se gana prácticamente con inercia es complicado, especialmente cuando ve que fuera de los circuitos disfruta más. No es casual que conforme su ascenso deportivo haya tomado velocidad, también lo haya hecho su activismo social. Copa más protagonismo en los medios una frase suya sobre el veganismo, el racismo, la violencia policial, el medio ambiente o cualquier otra bandera que quiera enarbolar (y las profundas contradicciones que conlleva) que la enésima victoria, la enésima 'pole' o el enésimo podio. Sin olvidar su vertiente musical bajo el pseudónimo XNDA, que ya le ha hecho aparecer en la lista Billboard junto a Christina Aguilera.
Motivos para la retirada
Tanto Lewis Hamilton como Toto Wolff, el jefe y gestor del transatlántico, han regateado las dudas de la prensa por la tardanza de la renovación desde principios de año. Los tópicos flecos no se han acabado de atar, una pandemia se ha llevado por delante las intenciones de renovación y paralelamente la propia Fórmula 1 también ha cambiado. Quizá ya no sea tan interesante una figura como Hamilton al frente cuando, por detrás, llegan jóvenes mucho más cercanos al público objetivo de futuro, como son Max Verstappen, Lando Norris, George Russell o el propio Carlos Sainz.
Más allá de planteamientos más etéreos que terrenales que plantee la Fórmula 1 como competición, hay un mantra que explica mucho más claro por qué lo que parecía tan hecho en enero ya no lo es tanto en noviembre: sigue el dinero. La expresión, acuñada en los obscenos años ochenta en Wall Street, viene pintiparada para explicar por qué Hamilton ya no tiene tanta ilusión por quedarse en la F1. Su ingente fortuna le da para vivir a cuerpo de rey esta y otras dos vidas más, pero no por ello va a devaluarse para seguir compitiendo. Mientras Mercedes siga siendo el gran favorito, Hamilton quiere mantener o mejorar su 'statu quo' económico, como una suerte de equiparación entre valor y precio por sus servicios. Él sabe lo que es ver a su padre tener varios trabajos para ganar un sueldo digno, y no quiere que ni él ni los suyos pasen hambre en muchas generaciones.
Sin embargo, el contexto juega en su contra. La pandemia ha obligado a acelerar el límite salarial que ya venía sobrevolando la F1 desde tiempos de Bernie Ecclestone, lo que hace que Mercedes ya no pueda ofrecer (no sin una cierta ingeniería financiera) los 40 millones que cobra ahora mismo su líder. Teniendo en la recámara a un diamante como George Russell y a un Valtteri Bottas que no suma demasiado, pero ni mucho menos resta, consideran más que rentabilizada la época de Hamilton a su lado.
Si Hamilton cumple su amenaza y se va, el dominio de Mercedes se tambaleará notablemente, no tanto en un 2021 estable donde el futurible W12 posiblemente sea el gran referente, sino en 2022 con el cambio normativo. Pese a ello, saldrán adelante y volverán a ser favoritos. Ya ocurrió con Ferrari, que sin Michael Schumacher no volvió a dominar con puño de hierro pero sí a aspirar a todo, y con el Real Madrid, aunque la falta de Cristiano obligue a otros futbolistas a apretar mucho más el paso.
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