TOM PRYCEA diferencia de muchos pilotos que llegaban al automovilismo apoyados en el dinero de su familia, en algo de talento y en toneladas de riesgo, Tom Pryce provenía de una familia humilde. Su padre era policía y su madre, ama de casa. Tom nació en Ruthin, Denbigshire, el 11 de junio de 1949 y a inicios de los setenta, cuando la pasión por los autos fue más fuerte que cualquier otra, comenzó a participar en carreras de Super Vee, F2, FF, F3 y Atlantic.
El camino de las categorías menores al gran Circo lo recorrió en apenas cuatro años. Debutó en la Fórmula Uno, en Nivelles, para el Gran Premio de Bélgica de 1974, manejando un auto inscrito con el nombre Token, bautizado así por una combinación de los nombres de sus creadores, Tony Vlassopulo y Ken Grob. Clasificó en la posición 20 entre 31 participantes y se mantuvo en carrera por 63 de las 85 vueltas.
Su siguiente carrera debía ser Mónaco, pero los organizadores, esgrimiendo la bandera de su escasa experiencia lo dejaron fuera. Dispuesto a no bajar los brazos y resignarse, Pryce se inscribió en la prueba de F3 previa al Grand Prix de Fórmula Uno, con un March 743 y se llevó los laureles.
La victoria no pasó desapercibida para nadie y varios equipos de Fórmula Uno le ofrecieron un volante. Pryce perdió la siguiente carrera (Suecia) mientras decidía qué dirección seguir. Finalmente eligió a Shadow y en Zandvoort (Holanda), clasificó en la casilla 11, apenas cuatro puestos detrás de su compañero de escudería, el francés Jean Pierre Jarier. La salida fue un desastre para él y en menos de una vuelta había quedado fuera tras un toque con Hunt.
Dijon (Francia), la siguiente parada de la Fórmula sus autos quedaron Uno, no fue muy distinta. Otra vez, en la primera curva, Hunt y Pryce se tocaron y al costado de la pista.
Su estrategia en la siguiente prueba fue un poco más conservadora. Era Gran Bretaña y corría frente a su público. En la primera sesión de prácticas marcó la vuelta más rápida y se quedó con 100 botellas de champaña ofrecidas por The Evening News. En carrera terminó séptimo.
Corriendo en el peligroso Nürburgring (Alemania) pocas semanas después, Tom Pryce obtuvo su primer punto al cruzar la meta en sexto lugar.
De las siguientes cuatro pruebas de la temporada Pryce sólo terminó en Monza a dos giros del ganador. Constantes problemas con el motor Ford de su Shadow no le permitieron seguir sumando puntos. Sin embargo, frente a los expertos, Pryce era un hombre rápido que sin tener los mejores medios técnicos a la disposición hacía buen uso de sus recursos.
Renovó con Shadow y en 1975, en Brands Hatch, subió a lo más alto del podio. La carrera no era válida para el Campeonato de Fórmula Uno, pero allí estaban todos los protagonistas. Tras él, cruzaron la meta John Watson (Brabham) y Ronnie Peterson (Lotus). Fue uno de los días más felices de su vida.
Esa temporada mantuvo duelos impresionantes en la pista con Niki Lauda y Ronnie Peterson, y la revista británica Autosport le dedicó elogiosos comentarios. Fue ese mismo año que en Gran Bretaña, en la carrera "de casa", marcó la pole position tras pelearla con Lauda y el suizo Clay Regazzoni, curva por curva.
Al final de la temporada había ganado el respeto de cuantos estaban a su alrededor. Era considerado un piloto rápido, capaz de ganar carreras y con los ocho puntos acumulados se había ubicado en el décimo lugar del Mundial de Pilotos.
Renovó una vez más con Shadow y apenas empezando la temporada de 1976, disputó la punta de una reñida competencia -el Gran Premio de Brasil- ganada por Lauda. Pryce, en las últimas vueltas cedió finalmente a la presión de Patrick Depailler y prácticamente sin frenos cruzó la meta en tercer lugar.
Ese año obtuvo además el séptimo lugar en Sudáfrica, un sexto en Brands Hatch (no puntuable), otro séptimo en Mónaco y Francia, un octavo en Italia y un cuarto en Holanda.
Fiel a quien le había dado la oportunidad de llegar a la Fórmula Uno y mejorar resultados en cada temporada, Pryce se quedó con Shadow. Jarier, que hasta ese momento había sido su compañero de equipo, optó por ATS y Pryce súbitamente se encontró como el piloto número uno de la escudería. Sustituyendo a Jarier, entró a Shadow Renzo Zorzi.
La temporada de 1977 arrancó en Buenos Aires (Argentina). Pryce clasificó noveno y no pudo terminar la prueba. Había completado 45 de los 53 giros de la carrera cuando la caja de cambios lo dejó en el camino.
Pensando en repetir los buenos resultados del '76 en Brasil, llegó a Interlagos (Sao Paulo), optimista. La clasificación fue difícil para su equipo. Tom se ubicó en la casilla 12 y Zorzi en la 18. El Gran Premio lo terminaron sólo siete pilotos. En la lista de retirados estaba el nombre de Tom Pryce.
Casi un mes y medio después llegó Kyalami, en Sudáfrica. Tom Pryce arrancó desde la posición número 15 con un nuevo y recién estrenado Shadow (designado DN8). Zorzi, un poco más atrás, esperaba la partida de la carrera en la vigésima casilla.
En la vuelta 21 Zorzi se paró frente a los pits con el motor de su auto echando humo. Una pérdida de aceite hizo que apareciera el fuego y Zorzi comenzó a girar desesperado alrededor del monoplaza. Dos jóvenes bomberos voluntarios que observaban desde los pits decidieron ir a ayudar. Por la recta principal de Kyalami se acercaban los monoplazas de Hans Stuck, Tom Pryce, Jacques Laffite y Gunnar Nilsson. Stuck evitó al primer bombero. Pryce golpeó al segundo con su auto.
El extintor que el bombero Von Buren llevaba en las manos golpeó el casco de Pryce matándolo instantáneamente. El Shadow siguió su curso. Golpeó el auto de Laffite y acabó contra una alambrada. Era 5 de marzo de 1977. Desafortunadamente Pryce no pasó a la historia como un piloto con talento, sino como una de las trágicas bajas que la Fórmula Uno tuvo en una década marcada por los accidentes.
http://www.mediaracing.com/reports/antes_marzo.html