¿Por qué Gené sigue en Ferrari y De la Rosa se va?
Una historia de fidelidades estrictas y cometidos diferentes
El coleccionable por fascículos en que se ha convertido la reestructuración de la Scuderia Ferrari despachó su última entrega -de momento- el viernes pasado, con el anuncio del fichaje de Jean-Éric Vergne como probador. La llegada del expiloto de Toro Rosso a Maranello ha comportado la marcha de Pedro de la Rosa de Ferrari, después de dos años de rojo.
En cambio, Marc Gené iniciará en el 2015 su undécima temporada consecutiva dentro de la familia ferrarista. La razón que explica la suerte dispar de los dos pilotos catalanes del equipo reside en el rol que desempeña cada uno: Pedro estaba destinado al desarrollo del monoplaza en el simulador (tarea para la que hay 'overbooking' en Maranello, con JEV, el nuevo reserva Esteban Gutiérrez y el confirmado Davide Rigon), mientras que Marc se ha hecho un huequito insustituible como representante de la Scuderia en el departamento F1 Clienti, en la relación con los patrocinadores y como comentarista televisivo, tanto para España como para Italia.
Ahora que la estancia de Pedro en Maranello toca a su fin, es curioso recordar que su aterrizaje en Italia a principios del 2013 constituyó una sorpresa mayúscula. Para los medios de comunicación y los aficionados, pero también para el mismísimo protagonista, acostumbrado a verse en el espejo con el color del eterno rival, McLaren.
"En la vida pensé que cambiaría de equipo. Si hace seis meses me dices que ahora estaría en Ferrari, me habría parecido imposible", me dijo Pedro durante los tests de pretemporada del 2013. Verlo de rojo aquellos días se hacía extrañísimo...
"Yo no podía llamar a Ferrari: habría sido como invadir el territorio de Marc", me confesó Pedro
Apenas tres meses antes, HRT había cerrado las puertas y había dejado a Pedro en el paro. Entonces su candidatura a piloto de Ferrari era pura ciencia-ficción. "Supongo que su primera idea es volver a McLaren", especulaba Marc Gené en Cheste, durante las Finali Mondiali de Ferrari.
La presencia del sabadellense en Maranello era la razón por la que Ferrari no figuraba entre las opciones de futuro de De la Rosa. "Yo no podía llamar a Ferrari: habría sido como invadir el territorio de Marc", me confesó Pedro. Fue Ferrari quien le llamó a él; en concreto, Stefano Domenicali. "Me dejó muy claro que mi trabajo no tenía nada que ver con el de Marc y que podríamos convivir juntos".
Gené había entrado en Ferrari en noviembre del 2004, como piloto probador 'hard-core'. En plena guerra de neumáticos, me explicó Gené hace años, "había días que probabas igual 20 o 25 juegos de ruedas nuevas, era increíble. En cualquier día de test, el momento de gloria de un piloto es cuando te montan la rueda nueva y tienes dos vueltas para hacer el tiempo; pues imagínate tú con veintipico juegos".
Con la progresiva reducción de los test, Gené fue redefiniendo su papel dentro de Ferrari, y buscó una salida complementaria en Le Mans -primero con Peugeot y luego con Audi- para saciar su instinto competitivo. Su don de lenguas -habla seis idiomas- y su capacidad para las relaciones públicas, lo han convertido en un miembro imprescindible del organigrama rojo.
"Mi rol va más allá de los tests. Sí, soy piloto de pruebas, pero hago muchas otras funciones que implican conducir", me decía Marc. Por ejemplo, con el departamento F1 Clienti "constantemente estoy conduciendo Ferraris". "He tenido la suerte, sin quererlo, de haber encontrado mi espacio dentro de Ferrari y que incluya conducir, que es lo que quiero hacer mientras pueda", añadía.
En cambio, De la Rosa entró en Ferrari con el cometido de trabajar en el simulador, cosa que Gené ya había hecho cuando todavía no existía la araña articulada de Maranello y Ferrari recurría al simulador del Centro di Ricerca Fiat de Turín, pero que para entonces ya no entraba dentro de sus funciones.
De la Rosa aseguraba que Ferrari no le llamó a petición de Alonso, aunque el asturiano apoyó la decisión
En Ferrari, naturalmente, estaba Fernando Alonso, con quien De la Rosa ya había coincidido en McLaren en el 2007. Pero Pedro aseguraba que Ferrari no le llamó a petición del asturiano. "No, me llamaron porque consideraron que había un vacío en el equipo y que lo tenía que llenar yo", aseguraba. "Eso sí, Fernando apoyó la decisión. Yo sabía que Fernando quería trabajar conmigo, y eso me facilitó la decisión de ir a Ferrari".
Porque pisarle el terreno a Gené no era la única reticencia de Pedro. Como decía Marc, su paso más lógico después del cierre de HRT habría sido volver a McLaren, y el "sentimiento de fidelidad" hacia los de Woking era otra de las razones que le impedía descolgar el auricular y margen el prefijo 39, el de Italia.
"No habría estado bien por mi parte, no habría tenido la fuerza moral para hacer esa llamada", reconocía Pedro.
Pero la motivación de sentirse requerido por Ferrari y de poder volver a trabajar con Alonso fue un poderoso estímulo. "En Ferrari tenía que empezar de cero, conocer cómo funcionaba el equipo, con una organización muy distinta de la de McLaren. Teníamos que mejorar juntos. En McLaren no habría tenido este tipo de motivación", me explicó en febrero del 2013, el día antes de cumplir 42 años.
Tal vez ya va siendo hora de que De la Rosa siga el consejo de su amigo Gené y se plantee el salto a Le Mans
Así pues, Pedro se comportó como un señor entre el cierre de HRT y la entrada en Ferrari. Había dejado McLaren al final del 2009. McLaren es hoy un equipo muy distinto de aquel: está a las puertas de reeditar la legendaria asociación con Honda y Fernando Alonso vuelve a ser el jefe de filas del equipo. ¿Hay que concluir, entonces, que el siguiente paso "lógico" de De la Rosa es volver -esta vez sí- a Woking?
Tal vez, pero a priori las circunstancias no son especialmente propicias para ello. En primer lugar, McLaren ha bajado a Kevin Magnussen del coche para exprimir la experiencia conjunta de Alonso y Jenson Button, con la intención de seguir bregando al piloto danés con vistas al futuro.
Además, el equipo tiene en la recámara a Stoffel Vandoorne -subcampeón de la GP2-, que fue el encargado de estrenar el monoplaza laboratorio con la mecánica Honda en los tests de final de temporada en Abu Dabi. Mejor dicho, lo intentó, pero el caso es que el equipo cuenta con él.
Y, por si fuera poco, llega pidiendo paso Nyck de Vries, de 19 años, otro miembro del programa de jóvenes pilotos de McLaren, que en el 2015 empuñará el volante del coche de DAMS en la FR 3.5. Un coche que las últimas dos temporadas ha llevado al título de las World Series by Renault -y a la F1- a Magnussen y a Carlos Sainz.
Con semejante formación, no veo una vacante en la que Pedro pueda hallar acomodo limpiamente. De la Rosa ha luchado contra viento y marea todos estos años por mantenerse en la F1 de un modo u otro, y lo ha conseguido. Pero lo que le gusta es pilotar. Y estos dos años en Ferrari ha pilotado bien poco: un día en Jerez en febrero del año pasado, para tomar referencias para el simulador, y otro día este año en Silverstone, después del GP de Gran Bretaña.
Volver a McLaren significa hacer únicamente simulador (igual que si hubiera seguido en Ferrari, de hecho). "Y eso es un trabajo bastante desagradecido", me dijo Gené en Cheste hace dos años.
Por otro lado, volver a tener a Alonso y De la Rosa en Woking quizá evoque con demasiada claridad la temporada del 2007 y su envenenado desenlace. Personalmente no creo que McLaren tenga cuentas pendientes con Pedro por aquello (de ser así, no habrían seguido dos años más con él en el equipo), pero vale la pena apuntar el dato, por lo que pueda valer.
En fin, tal vez ya va siendo hora de que De la Rosa siga el consejo de su amigo Marc y se plantee dar el paso a los LMP1 de Le Mans. "Yo sé que a él le gusta mucho la conducción de tipo fórmula, y eso no lo tendrá con los GT, pero sí con los prototipos", apuntaba Marc. Gené, por cierto, ha dejado el equipo Audi de Le Mans después de cuatro años con la marca de los cuatro aros, pero presumiblemente será uno de los pilotos del retorno de Nissan a Le Mans.
"He de reconocer que, aparte de la F1, la única categoría que me atrae es la LMP1", decía Pedro. Lo que no quería era compaginar ambas mientras tuviera un rol en la F1. Ahora mismo no lo tiene, pero seguro que las ganas de pilotar no se le han pasado. Simulador en McLaren o volante en Le Mans. A ver quién le llama primero.
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